jueves, 31 de enero de 2008

Novelas a la québecois

Ayer, mientras cenaba, me enganché con una "novela", digamos, una especie de "Son de Fierro" pero Québecois, que se llama "Destinados".
En unos minutos advertimos que la trama no dista mucho de lo conocido, aunque por supuesto, todo está salpicado de la idiosincracia local:

- una pareja de alrededor de 35 años: él acaba de recibir la noticia de que tiene un hermano casi de su misma edad, producto de una relación "oculta" de su padre con otra mujer. Se encuentran a almorzar en su casa. El prepara la barbacue mientras el resto pone la mesa, los hermanos descubren su complicidad al comprobar que ambos comparten la pasión por el cicloturismo

-En un hospital, dos enfermeros están preocupados por descubrir si una de las empleadas está manteniendo una relación clandestina con uno de los médicos. La manera de comprobarlo es abrir la heladera, y verificar si la vianda que ambos han llevado para el almuerzo es la misma, osea, eso quiere decir, que si ambos han puesto fideos en el tupper, es porque han dormido juntos.

- La historia nos lleva también a la situación de otra de las empleadas del hospital, una mujer de alrededor de 40 años, sin pareja, madre de un niño autista. Mientra conversa con una amiga en la cocina de su casa, le cuenta afligida que se siente culpable por haber alimentado a su hijo con productos lacteos y harinas, ya que estudios médicos han demostrado que el autismo está relacionado con la alimentación. La amiga le aconseja que, en la ficha de internet que está completando para buscar pareja, ponga como condición que la persona no coma ni productos lacteos ni harinas, así va a sentirse más comprendida.

- Otro de los médicos del hospital está pasando por una crisis matrimonial. Se encuentra con su ex esposa, y ella le dice que ya no quiere seguir con la relación, que tiene ganas de irse a la China. Pero en Québec, esto no es una metáfora. En la escena siguiente, ella toma un taxi y se va al aeropuerto con las valijas.

...continuará!

domingo, 27 de enero de 2008

De patitas en la calle..

Ayer, alrededor de las 12 del mediodía, decidí salir de mi casa para ir al supermercado. Salir al exterior demanda ciertos trámites: ponerse las botas, los guantes, la bufanda, el gorro, la campera, levantar el cierre, verificar que está todo en orden y que no falta nada. Abrir la puerta que da al pasillo y después la que da a la calle, y salir. Cuando estaba a punto de poner las patitas en la nieve, advertí que me falta algo: las llaves de mi casa. Y evidentemente, iba a ser difícil encontrarlas porque ya había cerrado la primera puerta. Osea, me había quedado afuera. Para estos casos tengo dos alternativas: llamar a uno de mis vecinos, el propietario, que tiene una copia. Si esto no funciona, llamarla a Grazia por teléfono para pedirle la otra. El propietario no estaba, por suerte tenía unas monedas para el teléfono público, pero no sirvió de mucho porque Grazia tampoco estaba en su casa, y el contestador estaba saturado de mensajes. Iba a ser en vano volver a intentarlo, porque ayer me dijo que hoy a las dos de la tarde tenía un almuerzo con un amigo..osea, dificil preveer su horario de llegada.

Salí de la cabina telefónica, aprovechando que nadie sabe qué quiere decir "la put...que te parió" me expresé sin demasiada culpa. Volví hasta mi casa y me paré de nuevo frente a la puerta, para reflexionar sobre las alternativas posibles, aunque no había demasiadas. A las 15h30 tenía una cita en el cine de la estación Atwater, la única opción era hacer tiempo hasta esa hora, ir al cine y después intentar localizar a Grazia otra vez.

Ya resignada y dando por perdido el desafío, lo veo pasar a Kitty (el gato naranja).

-"Que tal, como va todo", me preguntó.
-"Y todo, mal, me quedé afuera otra vez y no tengo la llave", le dije.
-"Si, a mi también me dejan afuera a veces, pero tengo un par de vecinos que me hacen la gamba. Aunque no te recomiendo a los del gato siamés de la otra cuadra porque la comida es bastante floja".

Bajamos la escalera y nos fuimos caminando hasta la esquina. Mientras nos despedíamos, volví la cabeza y lo veo entrar a Trevor, otro de mis vecinos (humano, no gato). Justo esa mañana, había estado pensando en volver a hablar con él por el tema de la terraza que compartimos, ya que lentamente se ha transformado en un museo de cajas de vino y de cerveza...pero vacías!

Corrí para explicarle que había dejado la puerta de calle abierta porque no tenía la llave para cerrarla. Entonces, me dijo muy convencido "ah, pero yo tengo un cuchillo, esperame un minuto". Evidentemente, no era momento para hacerle ningún reclamo...Entró a su casa, buscó el cuchillo, y en el lapso de 5 segundos la puerta de mi casa estaba abierta. Osea..que voy a tener que seguir conviviendo con la bodega Giol, siempre que estoy por retarlo me salva la vida! no es justo!

Otra pregunta "de qué viven los cerrajeros en Montréal?"

domingo, 20 de enero de 2008

viernes, 18 de enero de 2008

Viajeros

Algunas ideas para los que están preparando su viaje...

http://www.arpa.veneto.it/home/htm/viaggiatori_e_viaggiatori_3.asp

domingo, 13 de enero de 2008

Noche de cine: "Paris je t'aime"

Un barrio de París para cada cineasta, cinco minutos para contar sus historias.

Una historia: "14e arrondissement" par Alexander Payne

Carole vive en Denver, Estados Unidos. En el curso de francés, relata la experiencia de su viaje reciente a Paris frente a su profesora y sus compañeros.

Profesora: Quién lee ahora?
Carole: Yo
Profesora: Bueno, adelante.
Carole: Esto es sobre un día especial durante mi reciente viaje a Paris. Toda mi vida había soñado de ir ahi. Por eso he estudiado francés en esta clase para adultos durante dos años. Ahorré mi dinero y fui a Paris por seis día. Aún después de cinco días me afectaba todavía el cambio de hora y estaba un poco cansada todo el tiempo. Era mi primer viaje a Europa. Yo quería ir por dos semanas pero no podía dejar a mis perros Lady y Bumper tanto tiempo solos. Me encantaron los museos y las calles de Paris. Pero la comida no era tan buena como pensaba. Había pensado ir con un grupo en tour pero soy una persona muy independiente, porque como yo trabajo como repartidora de cartas en Denver, estoy acostumbrada a caminar todos los días. Además, quería tener una auténtica aventura extranjera y practicar mi francés.

Dicen muchas cosas sobre Paris. Dicen que es donde los artistas encuentran la inspiración. Dicen que es donde va la gente para encontrar algo nuevo en sus vidas. Dicen que es donde puedes encontrar el amor. Por supuesto, a mi edad yo no esperaba encontrar nada de eso. Sin embargo, durante esos días pensé mucho en mi vida. Pensé que si hubiera nacido en Paris o tuviera suficiente dinero yo podría vivir allí. Me imaginaba repartiendo el correo todos los días en una calle como esta y conocer la gente que vive ahí. Estoy segura de que son muy amables.





Fui a un cementerio famoso, donde hay enterrada gente muy famosa. Vi la tumba de Jean-Paul Sartre y de Simón Bolivar (sic). Mi libro dice que fueron dos escritores franceses muy famosos, y que se amaban mucho y por eso están enterrados juntos. Y vi la tumba de un hombre llamado Porfirio Diaz. Mi libro dice que fue dictador de méxico durante 35 años. Fue interesante estar junto a un hombre tan poderoso que ya no puede moverse ni hablar como yo. Pensé en mi hermana Patty que murió muy joven, y en mi mamá que murió de cáncer el año pasado. Algún día también me enterrarán y es posible que alguien me visite. Pero ya no me importará, estaré muerta. Pero yo no soy una persona triste. Por el contrario, soy una persona feliz, con muchos amigos y dos perros maravillosos. Es sólo que a veces desearía tener a alguien con quien compartir cosas. Por ejemplo, cuando vi Paris desde un rascacielos, quería decile a alguien "No es hermoso?". Pero no había nadie. Pensé en mi ex novio Dave, si él habría disfrutado este viaje. Pero luego me sentí un poco estúpida porque no habíamos hablado en 11 años y ahora él está casado y con 3 hijos.
Luego encontré un parque encantador. Me senté en el parque y comí un sandwich que había comprado. Estaba muy bueno. Luego pasó algo, algo difícil de describir. Ahí sentada y sola, en un país extranjero, lejos de mi trabajo y de toda la gente que conozco, me inundó un sentimiento. Fue como recordar algo que nunca había conocido o que siempre había estado esperando pero no sabía por qué. Tal vez era algo que había olvidado o que me ha faltado toda la vida. Todo lo que puedo decir es que sentí al mismo tiempo la felicidad y la tristeza. Pero no demasiada tristeza, porque me sentía viva. Si, viva. Ese fue el momento en el que me enamoré de Paris, y sentí que Paris también se enamoró de mi.

martes, 8 de enero de 2008

Feliz cumple

7 de enero...

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GRACIAS...ya tengo 33...uno por cada deseo.

domingo, 6 de enero de 2008

Qué están haciendo ahora?

Llegó el invierno...Qué estarán haciendo ahora mis vecinos ?

martes, 1 de enero de 2008